¿Qué es un Banco de Inversión Verde?

 La OCDE define un Banco de Inversión Verde (BIV) o “Banco Verde” como una entidad pública o cuasi-pública cuyo objetivo es facilitar la inversión privada hacia infraestructura doméstica baja en carbono y resiliente al cambio climático.

Para superar las barreras de inversión e incrementar el impacto de los recursos públicos disponibles, más de una docena de gobiernos nacionales y subnacionales han creado BIVs y entidades similares a los BIV. Un Banco Verde es una entidad capitalizada públicamente, establecida para facilitar la inversión privada en infraestructura doméstica baja en carbono, y resiliente al cambio climático, así como otros sectores ecológicos como infraestructura de gestión del agua y de residuos. Estas entidades dedicadas a la inversión verde se han establecido a nivel nacional (Australia, Japón, Malasia, Reino Unido, Suiza), estatal (California, Connecticut, Hawái, Nueva Jersey, Nueva York y Rhode Island en los Estados Unidos), municipal (Condado de Montgomery, Maryland, Estados Unidos) y a nivel de ciudad (Masdar, Emiratos Árabes Unidos).

Si bien los Bancos Verdes pueden variar en nombre, enfoque y estrategia, estos tienen ciertas características en común: 1) un mandato enfocado en movilizar capital privado hacia infraestructura doméstica baja en carbono y resiliente al cambio climático utilizando mecanismos para reducir el riesgo y facilitar transacciones; 2) transacciones innovadoras y experiencia en el mercado; 3) autoridad autónoma para diseñar e implementar intervenciones financieras; 4) y un enfoque en desempeño y eficiencia en costos. Las ‘entidades similares a los BIV’ se refieren a las organizaciones que tienen el mandato de fomentar la inversión privada hacia infraestructura doméstica baja en carbono y adaptada al cambio climático pero que no poseen todas las características de los BIV y que se dedican a otras actividades o utilizan otras estrategias.

Con base en sus contextos nacionales y locales particulares, los gobiernos adaptan los BIV para satisfacer necesidades específicas. Los Bancos Verdes y las entidades similares tienen diversas justificaciones y objetivos, que incluyen reducir emisiones, movilizar capital privado, reducir el costo del capital, reducir los costos de energía, desarrollar mercados de tecnológicos verdes, apoyar el desarrollo de la comunidad local y la creación de empleos. Estos objetivos se reflejan en las métricas que los Bancos Verdes usan para medir y rastrear su desempeño y demostrar su responsabilidad: emisiones reducidas, creación de empleos, índices de apalancamiento (es decir, inversión privada movilizada por unidad de gasto público) y, en algunos casos, tasa de retorno.

Red de Bancos Verdes

La Red de Bancos Verdes (GBN, por sus siglas en inglés) es una organización de miembros formada para fomentar la colaboración y el intercambio de conocimientos entre los Bancos Verdes existentes, lo cual les permite compartir sus mejores prácticas y lecciones aprendidas. La Red GBN también pretende servir como una fuente de conocimiento y una red para los gobiernos que buscan establecer un Banco Verde.

COP 21 en París, diciembre 2015

Durante la conferencia COP21 de París en diciembre de 2015, el Australian Clean Energy Finance Corporation, Japan Green Fund, Malaysia Green Technology Corporation, Connecticut Green Bank, New York Green Bank y Green Investment Group (antes conocido como UK Green Investment Bank) anunciaron la formación de la Red de Bancos Verdes. Estos Bancos Verdes trabajan con dos organizaciones sin fines de lucro, el Consejo para la Defensa de Recursos Naturales (NRDC, por sus siglas en inglés) y la Coalición para el Capital Verde (CGC, por sus siglas en inglés) para construir la Red de Bancos Verdes, utilizando fondos de ClimateWorks.

La Red GBN recopilará, organizará, y compartirá el conocimiento de los BIV a través de plataformas virtuales y presenciales para facilitar el intercambio de información. Con el tiempo, la Red GBN tiene como objetivo aumentar el flujo de capital a la infraestructura baja en carbono y resiliente al cambio climático, ayudando a los inversionistas y desarrolladores del sector privado a asociarse con los Bancos Verdes; impulsar la estandarización de las estructuras de acuerdos, contratos y métricas; aumentar la visibilidad y la transparencia de Bancos Verdes; y hacer un seguimiento del progreso realizado mediante indicadores clave. En conjunto con el progreso dentro de cada uno de los Bancos Verdes, estas actividades aumentaran la escala, el alcance y la eficiencia del financiamiento de infraestructura baja en carbono y resiliente al cambio climático.

La Agencia Internacional de Energía estima que, para cumplir con las promesas climáticas hechas por los líderes mundiales ante la ONU, US$ 13.5 billones deben invertirse en eficiencia energética y tecnologías bajas en carbono entre 2015 y 2030, es decir US$ 840 mil millones anuales.1 La inversión en energía renovable requerirá aumentar de US$ 286 mil millones en 2015 a US$ 900 mil millones en 2030.2  Llenar esta brecha de inversión requerirá mucho más que el apoyo del sector público, las finanzas privadas deberán suministrar el capital adicional para hacer realidad la transición hacia una económica global con bajas emisiones de carbono.

Como Christiana Figueres, ex secretaria Ejecutiva de la CMNUCC, comentó a un grupo de inversionistas y profesionales de las finanzas en el Ceres Investor Summit 2016: “El sector financiero hará la diferencia… no se puede construir lo que no se financia.”

Planta de energía geotérmica

Si bien los mercados de energía limpia han tenido un avance importante en los últimos años, los mercados inmaduros y poco líquidos siguen siendo una barrera importante para lograr plenamente una transición en la inversión energética mundial. Los BIV e instituciones similares se encuentran en una posición única para ayudar a la inversión en infraestructura baja en carbono y resiliente al cambio climático. Los Bancos Verdes trabajan para impulsar la inversión privada en estos sectores trabajando estrechamente con el sector privado y utilizando estrategias que responden a las necesidades del mercado como mejoras de crédito, mitigación de riesgo, agrupación de proyectos, estandarización de contratos, e inversiones de demostración para construir un historial y aumentar la confianza de los inversionistas privados. Al comprender que el capital público a menudo es escaso, los Bancos Verdes utilizan los limitados recursos públicos disponibles para conectar proyectos con los mercados de capitales y desbloquear nuevas fuentes de capital, como lo son los inversionistas institucionales y el mercado de bonos verdes.

El pequeño pero creciente grupo de Bancos Verdes existentes y otras entidades de financiamiento de asociación público-privada está demostrando su efectividad e impacto en los mercados nacionales, sin embargo, se necesita un progreso más rápido que abarque más mercados. Los BIV han desarrollado muchas herramientas y programas nuevos y exitosos, y existe una creciente necesidad de compartir las mejores prácticas de este modelo emergente.

[1] IEA http://www.worldenergyoutlook.org/media/news/WEO2015_COP21Briefing.pdf

[2] http://www.irena.org/DocumentDownloads/Publications/IRENA_Risk_Mitigation_and_Structured_Finance_2016.pdf

Recursos 

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